Mis mejores deseos para estas navidades y para este próximo año que, estoy seguro, será mejor que el que estamos cerrando. Y muchísimas gracias a mis lectores por sus visitas y sus comentarios.
Blog de JUAN MANUEL PEREZ TORRES. Cuentos, relatos y microrrelatos. Por original, por raro, por absurdo o por genial... no os dejaré indiferentes. Eso pretendo.
LÉEME EN TU IDIOMA
25 diciembre 2020
17 diciembre 2020
LA LLAMA
LA LLAMA
El fuego era
apenas un rescoldo, pero allí seguía. Hurgando en los tizones con la varita
parecía que buscara dónde estaba escondido el pequeño cañón del que se
escapaban aquellas chispitas bermejas y revoltosas que chisporroteaban. Y que
luego seguía con la vista, aquí y allá, como si resolviese uno de aquellos
pasatiempos infantiles que trazas una línea siguiendo los puntos numerados y se
revela el dibujo. Por un momento cesaron los fuegos de artificio porque se
acercó a la cara la punta incandescente de la vara para encender un pitillo y
causó un remanso en las ascuas. Lo prendió con la lumbre y pausadamente miró el
humo de sus caladas diluirse y confundirse con las primeras luces del alba.
Mientras entre sus dedos se enredaban las azules volutas que generaba la
colilla, con la otra mano jugó con la batuta encendida a dirigir el relajante
concierto de los chasquidos de la leña, el crepitar de las brasas y los
silenciosos estertores de la luna.
Sentado frente a la hoguera, y con su relumbre, durante la noche pudo ver paulatinamente, sin embargo, el verde verdadero de los árboles.
13 diciembre 2020
CARRERA DE RELEVOS
18 noviembre 2020
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Siempre me la encuentro por los pasillos, pero solo en los rápidos cambios de clase. Ella enseña matemáticas, yo literatura. No compartimos departamento ni sala de profesores. Nos separa un largo pasillo. Tampoco podemos charlar siquiera durante las horas libres de nuestros horarios ni los ratos de descanso. Como su alumnado es de bachillerato y el mío de ESO, no tengo la oportunidad de preguntar a mis alumnos por ella, aparte de lo puramente lectivo, en conversaciones informales, como lo hago por otros profesores. Puede que a ella sí le hablen de mí los suyos, porque fueron míos los cursos anteriores y me conocen bien, ¿qué le contarán? ¿que soy un pesado con la poesía? ¿un romántico trasnochado? ¿un orfebre con las palabras? ¿un iluso?
Por todo eso, he decidido actuar. Quiero entablar amistad con ella antes de que termine el curso, conocerla y que me conozca por mí mismo, intentar crear lazos afectivos duraderos. He buscado posibles puntos en común, cosas que nos acerquen, que nos importen. Y le escribí un poema usando las palabras polisémicas elipsis, hipérbole y parábola, promoviendo un doble sentido matemático y literario. Lo firmé con mi nombre y mi número unidos por el signo igual (=). Ahora me parece una cursilería, pero funcionó. Hoy por fin he recibido contestación, aunque no la entiendo muy bien, la verdad. Se ve que mi nota le resultó muy literaria, porque ha escrito la suya de forma muy críptica, yo soy un negado para las matemáticas. Me dice que si yo soy XY y deseo XX, ella que es XX también desea XX. En fin, a mí me parece que está diciendo que quiere lo mismo que yo. Mañana lo intentaré.
11 noviembre 2020
ALQUIMIA (Microrrelato)
ALQUIMIA
A partir del día que cumplió la edad que llaman dorada, comencé a ver el brillo que emanaba su presencia. El médico ya le había diagnosticado una rara enfermedad degenerativa que le iría causando cambios paulatinos en sus reflejos. Eso nos dijo, aunque entonces no comprendí. Desde aquel día notaba palidecer su piel, como si perdiera el color o se igualaran las luces. Después observé cómo su tez cambiaba el brillo cuando no le encontraba aquellos tonos sonrosados de antes. Al poco, se fueron tornando también los azulados en las sombras de sus ojos, el verdoso de las venas en sus manos, en su melena el bronce. Así, el roce del tiempo, mansamente, fue bruñendo su cuerpo de oro. Hasta que ayer renació en lubricán dorado para el enriquecido cielo del alquimista.
28 octubre 2020
UN RECUERDO (Microrrelato)
En mi pueblo todos los martes primeros de mes se formaba una cola de amas de casa, a veces tan larga, que venía el cabo de la guardia civil para que no se alterara la tranquilidad. Aquel llano separaba el grupo escolar de las viviendas de los maestros y servía como patio de recreo las mañanas de colegio, pero por las tardes, mientras los alumnos estaban en las permanencias, funcionaba casi como otra plaza más del pueblo y era allí donde el ditero llegaba con su moto Guzzi, se hacía oír con su bocina y sacaba su libreta. Las mujeres acudían para pagarle cada cual su dita y aprovechaban ya para verse, charlar y contarse unas a otras el devenir de sus vidas. A veces había tirones de pelos, por eso lo del cabo. Después de un buen rato anotando las entregas y contando las pesetas y los duros, arrancaba su motocicleta roja, se despedía hasta el próximo mes y enfilaba para el próximo pueblo. Mi hermano mayor era un muchachote que ya presumía ante las mozas del pueblo, fumaba cigarrillos de matalauva e hinojo y se peinaba con brillantina, y como no era muy amigo del trabajo en el campo, imaginaba maneras de ganar unas perras de vez en cuando. Se apañó para convencer al ditero de que era mejor para él venir los sábados que los martes. Y así ocurría que la explanada se llenaba también de niños cuando sus madres estaban haciendo cola con el dinerito preparado. El primer sábado del mes siguiente fue sensacional. Al cabo se le acumulaba el trabajo cuando mi hermano, con su pantalón negro, su camisa blanca y su gorro de plátano, llegó voceando "al rico coqui, al rico coqui".
27 octubre 2020
LEGADO (Microrrelato)
Este verano he viajado al pueblo donde nací. Muchas veces antes había querido hacerlo, pero siempre acababa aplazando el proyecto por distintos achaques de madre. La necesidad de obtener una partida de nacimiento fue la excusa para decidirme. Me planteé pedirla telemáticamente, pero me pareció una buena ocasión para alejarme y descansar de mamá. Además, porque yo no conocía mi pueblo. Nací allí durante una estancia obligada de mis padres y cuando cumplí ocho meses trasladaron a padre y nos mudamos aquí. En pocos años un accidente se lo llevó y desde entonces mi madre y yo vivimos solos. Con la paga que le quedó, madre, viuda de un sargento de la guardia civil, pudo a duras penas seguir adelante con un crío de apenas seis años.
Curiosamente, el caserón donde nací, hoy es la librería y biblioteca del pueblo y sede del Juzgado de Paz. Me trataron muy amablemente y después de registrar mi solicitud, me emplazaron para recoger el papel al día siguiente. Pasé la tarde paseando y notando sobre mí demasiadas miradas. Dormí inquieto sin saber el motivo. Acudí temprano al juzgado y me entregaron la partida. Me dijeron hoscamente que nunca más pisara aquel pueblo.
12 octubre 2020
UNA SUERTE (Microrrelato)

05 octubre 2020
INVENTARIO (Microrrelato)
Ya estoy en casa, Lola, ya estoy contigo. Siento haber tardado más que habitualmente. El inventario no ha sido fácil, ¿sabes? Anda ven a mi lado, siéntate aquí. He hecho relación de todos los bienes que tengo, que valgan en un futuro para satisfacer demandas. Toma, ¿quieres un poco de agua? Dibujé una línea en el cuaderno haciendo dos columnas. Una la llamé “inventario” y la otra, “stock”. He seguido instrucciones que consulté por internet. Allí sentado en el parque, por mucho que pensaba, en cada columna solo he escrito tu nombre Lola. Anda, tráeme tu correa, vamos a pasear.
04 octubre 2020
UN LIBRO, UNA CANA
A veces parece que las reglas convencionales de la física son solo eso, convenciones. A menudo veo que el tiempo no transcurre linealmente, de un principio en adelante, dejando atrás lo ya vivido, sino que, lo ya vivido, se queda constantemente presente, si bien se va solapando con otras vivencias que también se van quedando para siempre. El tiempo trabaja a tiempo completo, No sé, en una biblioteca cada volumen está en un lugar diferente, pero todos están disponibles al mismo tiempo. Hoy, por ejemplo, en el desayuno, con el último sorbito de café, te he mirado el pelo, he mirado tu pelo de hoy, y he pensado en esas canas como si fuesen el tinte del tiempo. Es tu pelo. La misma melena de ayer, de siempre. Pero hoy el color blanco nos confunde, no es el color de tu pelo, es todo lo vivido sobre tu cabello. Toda la vida.
Pasa cuando te beso ¿sabes? Sí, no lo puedo negar, es evidente que cada beso que te doy es un fugaz instante que se superpone a otros momentos insignificantes, pero ese pequeño beso, lo es todo. No sé cómo decirte. Un libro. Una cana.
25 septiembre 2020
EL VIGILANTE (Microrrelato)
Cuando terminan, los forenses colocan en su sitio el instrumental, apagan las luces y se despiden hasta mañana. Entonces aviso a las almas nuevas, que salgan a revisar sus cuerpos, y empaqueten las lágrimas que les han derramado, las penas que les dedicaron y también, si quieren, los corazones de sus cónyuges o los amores que les tengan prometidos.
Luego descansan en sus mesas, cosidos, lavados y en paz.
Aunque la eternidad solo dura hasta las ocho.
19 septiembre 2020
TAIJI (Microrrelato)
01 septiembre 2020
SIEMPREVIVAS (Microrrelato)
SIEMPREVIVAS
Yo era pequeño. Estudiaba primaria. Hace mucho de eso,
pero lo recuerdo nítidamente. Cada domingo por la tarde, sin falta, acompañaba
a mi padre al camposanto del pueblo para poner flores en la tumba de mi madre.
Me llamaba la atención tanta devoción o, al menos, dedicación porque yo ni
siquiera la recordaba. A mí madre, digo. Muy querida en el pueblo y considerada
como una de las mejores maestras que ha tenido su escuela. También me llamaba
la atención, casi me asombraba, tanto desperdicio de flores porque cuando mi
padre quitaba las antiguas del jarrón para poner las frescas, estaban todavía
esbeltas y bien vistosas, mi padre las llamaba siemprevivas, pero siempre
acababan en el contenedor orgánico de la puerta del cementerio. Pasaban los
años iguales en el pueblo, para mí y para mi padre, pero las flores siempre
estaban esplendorosas. Ya en secundaria, un año me tocó el aula donde mi madre
estuvo su último curso y, como compañera de pupitre, la chica más bonita del
pueblo. Desde aquella vez que se me ocurrió hacerlo por primera vez, tomé la
costumbre de llevarme a casa cada domingo las flores de mi madre y, en vez de
tirarlas, las saneaba y formaba un bonito ramillete y al día siguiente, lunes,
se lo daba a Herminia a la par que ella me sonreía.
Tras unos meses, mi padre me explicó que se acababa no
sé qué concesión y que había decidido recuperar los restos mortuorios de madre
y mandarlos cremar. Aquel domingo de mayo fuimos al río para esparcir sus
cenizas a donde más fuerte fuera la corriente, no quería mi padre aguas
estancadas que pudieran hacer costumbre, sino aquellas otras siempre vivas, claras
y renovadas. Al verterlas sentí un temblor inesperado. Mi padre me abrazó no sé
bien si para consolarme o para sentir consuelo.
Al día siguiente Herminia no vino a clase. Nos
enteramos que había estado con su familia donde la playa del meandro y que la
poza se la había tragado. Desde el
puente dejé caer al río las últimas flores.
Mi padre lloró conmigo.
28 julio 2020
EX LIBRIS (Microrrelato)
14 julio 2020
EL CROMATÓGRAFO (Microrrelato)
03 julio 2020
GAMBITO (Microrrelato)
29 junio 2020
PERMUTA (Microrrelato)
17 junio 2020
DESCORAZONADO (Microrrelato)
09 junio 2020
CÓMO (NO) AMARTE (Microrrelato)
04 junio 2020
ENCUENTRO EN LA CERTERA FRASE (Microrrelato)
- Tantos días de turbación esta primavera, querida Pili, han hecho crecer muchas cosas a la par que las flores de nuestro jardín.
- Sí, Juanillo, las flores crecen porque les vamos haciendo sitio, codo a codo, entre las luces nuestras, de días y noches, de soles y estrellas.
Y los dos se fundieron en el vuelo de sus cuerpos, piel de pétalos, donde residen indemnes las mariposas.
01 junio 2020
MOONWALKER (Microrrelato)
27 mayo 2020
SINO (Microrrelato)
20 mayo 2020
LA CITTÀ ETERNA (Microrrelato)
15 mayo 2020
ELLA ERA MÁS DE KING CRIMSON (Microrrelato)
Dicharachero, simpaticón, y no demasiado feo, con su bonita melena y su guitarra enamoró a mi chica. Le apodábamos "el auténtico". Tenía que ver con su sinceridad y con el hecho de que cantaba todas las canciones de Aute. Éramos amigos desde la niñez hasta que desaparecieron del mapa. Él y mi chica.
Casi treinta años después, ella contactó conmigo a través de una app de citas. Así supo que yo seguía soltero. Me sorprendió su interés y acepté vernos.
Esperando el metro, cuando acudía al encuentro, una melodía provocó mi atención. Giré el pasillo y lo vi. Era el auténtico, con su guitarra, entonando anda quítate el vestido las flores y las trampas. No estoy seguro de que me reconociera, pero me miraba con aquellos ojos del instituto. Opacos entonces para mí, se tornaron claros y en ellos pude ver la historia que me había sustraído. Le puse en el platillo el dinero que llevaba preparado para pagar la cena con mi cita y me di media vuelta. Ya estaba bien de encuentros aquel día.
11 mayo 2020
LAPSO (Microrrelato)
07 mayo 2020
ENSAYO ERROR (Microrrelato)
05 mayo 2020
EDUCACIÓN EN LÍNEA (Microrrelato)
01 mayo 2020
AJUSTE (Microrrelato)
25 abril 2020
LO QUE VALE UN PEINE (Microrrelato)
A veces enajenado y confuso, a veces dócil y aplacado, el cabello se amolda al tiempo.
Mi pelo moreno, gris o ya cano. Su melena castaña, teñida o decolorada. Ella me lo corta con la máquina. Yo le pongo los tintes. Más largo el suyo y casi rapado el mío. Lacio y en calma en ocasiones, u ondulado cual la brisa de poniente. Suelto al aire o recogido de los malos vientos. Su pelo, siempre bonito y amoroso. El mío, más ralo e hirsuto, traviesa coronilla, flequillo inquieto. Es curioso que usemos el mismo peine. Este que tiene, lo he contado, treinta y nueve púas.
14 abril 2020
LA HOJA (Microrrelato)
29 marzo 2020
EL REFUGIO (Microrrelato)
24 marzo 2020
GRACIAS (Microrrelato)
20 marzo 2020
LAS VACACIONES DE TU VIDA (Microrrelato)
Los ratos que no tenía clientes en la agencia los dedicaba a estudiar pormenorizadamente todos los atractivos culturales, folclóricos, arqueológicos, culinarios, paisajísticos, playeros y de toda clase reseñable de aquellos maravillosos parajes. Así seguía adquiriendo contínuamente unos conocimientos que luego le servían para vender paquetes vacacionales para cualquier tipo de viajeros.
03 marzo 2020
DEMIURGOS (Microrrelato)
Algunos años pasaron hasta que pudo salir del hoyo oscuro de su pena. Con la llegada de la tecnología smart alcanzó la magia de su curación a través de los audiolibros.
Logró su sueño cuando terminó la carrera de Psicología y pudo montar una consulta. No le aportaba demasiados ingresos pero sí los suficientes para vivir sin trampa ni cartón, como él quería. Los audiolibros llenaban sus horas muertas dando vida a su cada vez mejor alumbrado entendimiento. Progresaba sin sobresalir demasiado pero su criterio y sus opiniones iban ganando enteros en el gremio y él era consciente de ello.
El día que Clara llegó a su consulta fue un punto de inflexión muy importante en su carrera. Clara era una mujer recién divorciada que no creía poder superar aquel trance. En sus sesiones con ella, Gustavo oía atentamente cómo Clara buscaba canalizar su vida al margen del malogrado matrimonio. Acostumbrado como estaba a oír ensayos, novelas, cuentos y otras narraciones, notó en aquellas pocas sesiones una especialísima sensibilidad en las disertaciones de Clara y una espontánea literariedad en la forma de hacerse entender.
Por eso y después de pensarlo detenidamente le ofreció a su paciente, como terapia, que se apuntara en un taller de literatura.
A Clara le fue estupendamente. Tanto que seis meses después estaba en el Fnac un jueves y en El Corte Inglés el sábado, firmando ejemplares de su primer best seller "Nada de aquello fue tuyo".
Su editor (según rezaba la solapa de la contraportada del libro) abandonó su antigua profesión cuando la conoció, para poner en marcha la Editorial AlmasNuevas.