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28 abril 2019

NOTAS (Microrrelato)


HISTORIAS DE RISA PARA NO REIRSE 
Capítulo 3

- Estaban acostumbrados a no verse todos los días. El trabajo de ambos les exigía turnicidad y los dos tenían asumido ese contratiempo en su convivencia. Quizá se podría decir que ninguno lo consideraba como un contratiempo sino que casi lo tenían como una ventaja, ya que les ayudaba a mantener la relación más fresca e intensa, esquivando la monotonía que suele instalarse en las vidas rutinarias y repetitivas. Eso decían a sus amistades. Vivían tanto tiempo solos uno y otro que la persona encargada de la limpieza y el mantenimiento del apartamento no pensaba que allí conviviera una pareja de enamorados. Ni siquiera veía ropa para dos.
Tenían muy perfeccionado el sistema de las notitas escritas. Lo usaban para casi todo: “Cuando puedas pasa la aspiradora” o “El congelador está casi vacío” o “Ya ha venido el de la inmobiliaria y le he pagado el alquiler” o “Hoy te he echado de menos muy especialmente, te quiero” o “Estoy deseando que llegue ya el día uno” o “Avión ya”.
En una cajita de cartón decorado, comprada en los chinos, guardaban sistemáticamente las notitas una vez que ya se habían leído. Era como un álbum de recuerdos, algunos banales y otros más trascendentes.
Entre las entrevistas realizadas a sus amistades y a los trabajadores del casero y el análisis del interior de esa cajita, Sr. Comisario, hemos podido determinar que a esta pragmática parejita de homosexuales (o a este par de maricones, como a usted le gusta llamarlos) no les ha pasado nada, excepto que les han allanado y robado el apartamento. Ellos se encuentran de viaje celebrando su 25 aniversario y, gracias a sus allegados, ya hemos podido contactar telefónicamente con ellos para darles conocimiento del hecho.
- Muy bien, Pérez. ¿Les ha informado de sus derechos como víctimas? ¿Qué han dicho? ¿Van a denunciar?
- Sí, Sr. Comisario, van a poner la denuncia por el robo y van a interponer una querella contra usted por delito de odio.