ENSAYO
ERROR
Fue poco tiempo. Tuvo alquilado el apartamento pared
con pared al mío. Por las zonas comunes se la veía feliz, siempre sonriente.
Eso sí, bastante poco comunicativa. En el ascensor, por ejemplo, siempre me
cedía el turno para subir o bajar cuando coincidíamos. Ella quería ir sola. En
la zona de la piscina siempre se colocaba en un rinconcito del jardín. Buscaba intimidad,
pero no, no se escondía de nadie, sus topless
al sol eran de dominio público. A mí me caía bien. Vivía su vida sin meterse
con nadie. Yo la admiraba.
Desgraciadamente, desde que pasó lo que pasó en mi
apartamento, en la época en que me cambiaron la medicación, cuando los
servicios sociales me quitaron a mi hijo, cuando dejé de ver a mi esposa (que
no sé dónde se metió que no la he vuelto a ver), ella fue testigo único,
aquella noche tan larga, de tantas sirenas, sí, fue entonces cuando dejó el
apartamento. Se fue a vivir quién sabe dónde.
Pero hoy he vuelto a verla, tan sonriente. Ha regresado.
De nuevo se ha instalado la modélica vecina en el apartamento que linda con el mío,
gracias al señor juez de instrucción que ha ordenado la reconstrucción de los
hechos.
Después de reconstruir los hechos pasados, siempre queda lo más difícil: recuperar la esperanza, aunque sea a través de un mínimo atisbo esperanzador, para proyectar el futuro. Y empezar por la máxima predisposición: "La mejor hora es ahora".
ResponderEliminar