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17 junio 2021

UNA GATITA DESPISTADA (Microrrelato)

 UNA GATITA DESPISTADA


Han sido pocas las ocasiones en que mis vecinas me han pedido ayuda. Son dos hermanas que viven con su madre. Ellas se van a trabajar y la dejan sola porque, aunque mayor, está muy ágil y es hacendosa con las tareas domésticas. Como saben que estoy jubilado y apenas salgo, cuentan conmigo si surge algún problema que no pueda esperar. Una vez por un corte de luz, otra porque una corriente de aire cerró la puerta. El otro día fue otra cosa. La madre llamó asustada por la presencia de un ratón en casa y su hija me pidió por teléfono que por favor la socorriera. 

Ya con ella, seguía la pista de un leve run run que se oía, como un roer. En silencio y casi de puntillas nos movíamos buscando el origen del ruido cuidando de no espantar al roedor para cazarlo. Aquel sonido confuso e insistente me llevó a un dormitorio. Parecía como si algo raspara la madera y, localizado en la mesita de noche, colocando la mano encima se notaba una pequeña vibración. Poco a poco y muy despacio, al abrir el segundo cajón, pude ver, sobre unas braguitas rojas, que un satisfyer estaba funcionando.



16 junio 2021

Mi amigo el bUFÓn (Microrrelato)

 

Mi amigo el bUFÓn


Lo suyo era pura obsesión, una adictiva pasión irracional, verdadera infatuación diría yo. Lo que más deseaba en la vida era ver un ovni. Estudiaba y trabajaba para ello y todos sus increíbles cálculos geomatematicotemporales (como los llamaba) buscaban el momento y el lugar del encuentro. Mañana al amanecer -nos dijo- justo a las 6:54, en la playa de Benajarafe. No dormimos en toda la noche, que aprovechamos para hacer una buena moraga en la playa mientras él localizaba el punto exacto. Y dibujó una gran X en la arena. Ya cuando las nubes de color arrebol parecían enviar señales de "atención que llega el momento", todos hicimos corro en aquella señal y, de repente, a las 6.54, tres, dos, uno... se oyó claramente un gorjeo y se posó un pajarraco justo en el centro de la X. Fue desternillante.



4 SEGUNDOS (Microrrelato)


4 SEGUNDOS

Conmigo practicaba mindfulness siete minutos al día, tú también puedes aprender a apreciar ese presente que, según los expertos, apenas dura 4 segundos, me decía.
Me gustaba mucho verla vivir el presente. Me encantaba saber que ella era consciente de que el pasado ya se fue y me alegraba sobremanera notar que no se asustaba ante la incertidumbre del futuro. Luego, se compró la bici y ya ni en el metro coincidimos. En fin, hoy al menos, afronto la adversidad con humor. Tengo que reconocer que estuvo genial aquellos apenas cuatro segundos que vivimos a una sonrisa de distancia.