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25 abril 2020

LO QUE VALE UN PEINE (Microrrelato)


LO QUE VALE UN PEINE

A veces enajenado y  confuso, a veces dócil y aplacado, el cabello se amolda al tiempo.
Mi pelo moreno, gris o ya cano. Su melena castaña, teñida o decolorada. Ella me lo corta con la máquina. Yo le pongo los tintes. Más largo el suyo y casi rapado el mío. Lacio y en calma en ocasiones, u ondulado cual la brisa de poniente. Suelto al aire o recogido de los malos vientos. Su pelo, siempre bonito y amoroso. El mío, más ralo e hirsuto, traviesa coronilla, flequillo inquieto.  Es curioso que usemos el mismo peine. Este que tiene, lo he contado, treinta y nueve púas.



1 comentario:

  1. En la convivencia, para que merezca tal nombre, hay que estar predispuesto y, en el momento preciso dispuesto, a compartir lo que una mirada puede implicar, lo que un gesto puede distender, lo que una palma silenciosa puede aplaudir. Cada detalle lo escruta y asume la mirada que quiere y se sabe querida.

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