CÓMO
(NO) AMARTE
Siempre insegura. Tanto tiempo juntos y nunca
convencida. Los primeros años lo llamaste pasión, enamoramiento, las hormonas
decías, ganas de sexo. Yo me esforzaba mucho para quitarte esa idea y me
mostraba romántico, atento, pendiente siempre de ti. Pasaron algunos años, pero
nada te llenaba. Después, admitiste que sí, bueno, que era cariño, como en una educada
convivencia de pareja. Yo no quería que pensaras así e intentaba con afán
parecerte más fogoso, hasta resultar empalagoso y posesivo. Olvidé amistades para
estar más tiempo contigo. No fue suficiente. Decidí dejar el trabajo para vivir
de las rentas. Tampoco resultó. Luego, ya decías que solo era la inercia lo que
nos unía. Mandé a paseo mis aficiones. Cada minuto juntos y seguías sin creer
que mi amor fuera verdadero. Incluso me hiciste llegar a dudarlo. Pero probaste
a decirme adiós.
Amor de mi vida, tanto tiempo pasado no me sirve de
penitencia. Aun hoy sigo expiando la culpa de no haberte amado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario