LÉEME EN TU IDIOMA

18 diciembre 2024

SOLTARSE LA MELENA (Microrrelato)

 

A pesar de ser el más fuerte y valiente de todos los animales de la selva, Leo tenía un gran problema: ¡era extremadamente torpe!

Cada vez que intentaba cazar, terminaba tropezando o cayendo en alguna trampa. Los otros animales se burlaban de él y le decían que era un desastre.

Un día se fijó en un grupo de monos que estaban practicando piruetas. Leo, inspirado por la habilidad de los chimpancés, decidió que él también quería aprender a hacer acrobacias.

Así que, observando a los simios, Leo comenzó a entrenar todos los días. Al principio era difícil y se caía muchas veces pero, poco a poco, fue mejorando hasta conseguir moverse como ellos.

Se sintió plenamente satisfecho cuando alcanzó y se comió al más saltimbanqui.



20 noviembre 2024

DESPUÉS DE TODO (Microrrelato)

 

DESPUÉS DE TODO

En un rincón ignorado del universo, el planeta Korworath brilla con tonos esmeralda y zafiro. Allí vive Tal, un extraterrestre de ojos profundos y piel luminiscente. Aunque Korworath es un paraíso de maravillas tecnológicas y paisajes deslumbrantes, Tal siente desde hace tiempo una punzada constante en su corazón, una sensación que los korworathianos no comprenden: saudade.

Tal había visitado la Tierra en una misión de exploración. Durante su estancia, había experimentado la calidez de los abrazos humanos, el aroma del café recién hecho, la melodía del viento entre los árboles y la caricia de la brisa marina. Esos recuerdos se habían grabado en su ser, creando un anhelo profundo por algo que ya no podía tener.

Por eso, cada noche, Tal se sienta bajo el cielo estrellado de Korworath, mirando hacia la constelación donde se encuentra la Tierra, cierra los ojos y deja que la saudade lo envuelva, recordando los momentos fugaces de conexión y humanidad que había vivido. Aunque intuye que nunca podrá regresar, esos recuerdos le dan fuerzas para seguir adelante, con la esperanza de que algún día, en algún rincón del cosmos, encontrará un lugar que pueda llenar ese vacío en su corazón.

04 octubre 2024

EL HUESO DE LA ACEITUNA

 EL HUESO DE LA ACEITUNA


Alquiló el local más cutre y lo convirtió en una fábrica de dinero. Hizo de aquella destartalada nave una verdadera sucursal de la FNMT. Llegó a hacerse famoso, primero en aquella apartada pedanía y luego en todo el pueblo. Creó puestos de trabajo para los 40 desempleados, las 44 amas de casa y todos los jubilados de la zona que quisieron. Ganaban un pastizal. Y todo en negro, sin dejar de cobrar el paro, la no contributiva o la pensión, cada cual lo suyo. Todos estaban contentísimos con aquella "política de empresa". La banda sonora de una jornada laboral en aquella fábrica era una algarabía incesante durante los tres turnos completos.

Un día, que había sido muy fructífero en toda la producción, llegó un cabo de la Guardia Civil acompañado del Secretario Judicial (para hacer comprobaciones, dijeron, y si fuera necesario, instruir diligencias) como consecuencia de la denuncia interpuesta por un trabajador de la fábrica, un jubilado al que el falsario jefe le había pagado el sueldo con los mismos billetes que allí fabricaban.


23 septiembre 2024

CANCIONES EN LA ERA

 CANCIONES EN LA ERA


Mientras cocinaba, contaba mi abuela materna, la de Cútar, que su abuelo tenía fanegas de tierra entre Colmenar y Riogordo, en plena Axarquía, que sembraba de trigo blando y espelta, menos corriente pero más harinero, y que su hija pequeña, la Carmelita, los veranos de siega, le llevaba un búcaro de agua fresca y el costo con puchero, y mientras su padre comía, ella lo entretenía cantándole. A veces toda la tarde cantaba. Total, que la niña salió cupletista. Y se hizo famosa. Y cantaba en la radio. Y ganó muchos reales. Pero de un resbalón que dio un día en el teatro de Vélez, se partió la mandíbula y perdió los contratos. La pobrecita se murió en la era, tarareando, con aquella especie de mueca y los dientes rotos, sí.

Siempre que cocinaba gachas de espelta, la abuela la recordaba y hacía cascaruletas cantando el último cuplé.  



22 agosto 2024

RAZÓN DE CONVIVENCIA (Microrrelato)

 RAZÓN DE CONVIVENCIA


Hace días que lo observo. Parece que su comportamiento, tan parecido al mío,  habitualmente calmado y melancólico, tiene momentos más animados. Es curioso porque esos, digamos, brotes joviales que le vienen, al principio me daba la impresión de que se producían aleatoriamente, pero ahora estoy seguro de que obedecen a una razón.

Desde mi posición, un piso más alto en el edificio de enfrente, solo, en mi silla de ruedas, junto a mi ventana, lo veo todo. 

Sucede los lunes, miércoles y viernes, cuando su ama se ausenta. Su extraordinario olfato lo pone en alerta y, aún echado en su cojín, levanta la cabeza y, al momento (se nota en el giro de sus orejas) ya sabe que se acerca y corre hacia el balcón moviendo la cola. Medio minuto después aparece por la esquina de la calle un hombre, siempre el mismo, que lo llama, y el caniche corresponde ladrando al silbido del saludo. Hoy me he enterado que se trata del ex de la dueña del perro.

Pipo, que ignora esos temas de custodias compartidas, se alegra, porque siente que algo bueno está por suceder.











21 julio 2024

ETIQUETAS (Microrrelato)

 Lo conocí en el pasillo de los probadores, había cola, me pareció guapo y entablamos conversación. Me contó que su trabajo consistía en poner etiquetas, así que cuando me llamó prenda, le dije que me pusiera una. 

- Vivita y coleando, me dijo. Interpreté lo de vivita como alegre y vivaracha y entendí lo de coleando por estar allí, esperando turno...

- Aún me conoces poco, le dije, ya tendrás tiempo de ponerme alguna más acertada ¿no crees?

- Entonces tendremos que conocernos mejor, contestó... 

Con el tiempo, mientras se asentaba nuestra relación, me puso muchas, y me hablaba siempre de la necesidad y la importancia de su trabajo. Gracias a eso, conocí y aprendí a valorar sensibilidades distintas, nuevas para mi. 

Ahora que ha pasado tanto tiempo, pienso en aquel pasillo como símbolo del camino que nos llevara a recorrer juntos nuestras vidas.

Hoy, después de tantos años de convivencia en la salud y en la enfermedad, con todo su amor y tanta dedicación, ha besado mi frente y me ha colocado la etiqueta definitiva en el pulgar del pie derecho.



09 junio 2024

BROTES NUEVOS (Microrrelato)


BROTES NUEVOS

Cada mañana en el espejo veía más reflejos verdes en mi rostro, así que pensé dejarme la barba porque un hípster que se precie debe llevar barba y yo, decididamente, era todo un urbanita. A los pocos días ya podía acariciarme la barbilla sin pincharme al tacto, al contrario, sentía la suavidad sedosa que me iba creciendo. Sin embargo, aquellas tonalidades verdes se intensificaban, sin duda por causa del estrés. Decidí dejarlo estar.
Ahora ya tengo la cara cubierta de césped y me crecen tréboles por las sienes. Estoy deseando que florezcan las margaritas y las amapolas por mi cabellera de yedra. De la cintura para abajo tengo patatas y zanahorias, y en el tronco tomateras, pimientos y berenjenas.



04 junio 2024

QUEMANDO ETAPAS (Microrrelato)

QUEMANDO ETAPAS


Le gustaba ir siempre por ahí, con sus auriculares, escuchando música. La ponía en modo random. Pensaba que eso implicaba no tener patrones reconocibles, no seguir planes establecidos y no obedecer a la voluntad de nadie. Pero cada vez que ponían aquella canción le pasaba lo mismo, aunque estuviese entretenido con cualquier cosa, leyendo, trabajando en casa, viajando en el metro, incluso de tiendas... daba igual, reaccionaba siempre así.

Y, es que, por alguna razón, desde aquella fiesta, donde, mientras sonaba esa canción, un incendio interior convirtió en humo la locura de amor que habitaba su pecho, buscaba con ahínco una mano para apoyarse en ella y poder escapar del infierno.

Aunque, fruto del azar, cuyos resultados son desconocidos y, por tanto, inesperados, con la canción siempre aparecían también las llamas y, a su alrededor, todas las manos conocidas que, cada vez, le brindaban más y más volutas de humo.



02 junio 2024

CONATO DE INCENDIO (Microrrelato)


 CONATO DE INCENDIO


Puede que se iniciara en cualquier instante inadvertido. Alguna chispa sin importancia. Que pasó desapercibida. Que se introdujo en alguno de mis descuidados rincones. Que me pilló desprevenido o acaso distraído con alguna menudencia. No sabría decir en qué momento entre tantos. La cosa es que no me di cuenta de nada. Pero se nota que prendió bien por dentro y que, de forma latente, se extendió sigiloso abrasándome sin llamas. Hasta que esta mañana, al bajar del autobús, se ha encontrado con alguien en la parada, cerca de mí. Se han saludado y han charlado un par de minutos. He oído su voz. He respirado su aroma. He sabido que su nombre es Candela.

23 abril 2024

EL DRAGÓN Y LA ROSA (Futuro y pasado)

 Artículo extraído de la Revista Espacial de Ciencias del Universo 

(traducción de Juan Manuel Pérez Torres)


Después de varios meses de arduos análisis y poliédricos ensayos efectuados por un equipo de científicos formados en el Centro Superior de Estudios Arqueológicos y Antropológicos del Planeta Tierra, se ha podido desvelar la naturaleza de un misterioso y extraño objeto fósil encontrado recientemente bajo la almohada de una cama petrificada hallada entre las ruinas de Madrid, la mítica ciudad desaparecida hacia el año 3033. Los eruditos investigadores han explicado que se trata de un espécimen de los primeros robots, muy arcaicos y básicos (aunque los había de muchas clases). Con ellos la especie andromorfa o humanoide que poblaba el globo por entonces, lograba evadirse a ratos del proceso esquilmador que llevaron a cabo durante los siglos XXV al XXVIII. Con dicho robot, mediante un fácil proceso de asimilación de pensamientos transferidos en láminas de origen eucariótico (lo que ellos llamaban leer y pasar páginas), lograban desdoblarse en materia y eteria, y, con ello, trasladarse a cualquier otro lugar del tiempo o del espacio y adquirir sapiencias ajenas. Se siguen realizando pruebas de Inteligencia artificial para determinar el funcionamiento del artefacto, llamado libro, que ha sido considerado un verdadero protogenerador de endorfinas, serotoninas y todas las felicitinas.


17 abril 2024

HAZAÑAS BÉLICAS (Relato corto)


HAZAÑAS BÉLICAS


La acogida en el centro de protección de menores fue casi automática. Llegó, sin padre ni madre ni adulto alguno que respondiera por él, mezclado en un pequeño grupo de personas, que pudieron escapar de las bombas en un viejo autocar que, milagrosamente, se fue abriendo paso por Europa hasta que se detuvo aquí por falta de combustible.

Las autoridades franquistas no fueron capaces de encontrar a sus familiares y, al ser un menor sin papeles, de origen judeoespañol, que solo decía llamarse Absalón, hubo que ingresarlo en un orfanato. Luego, en el año 48, la recién creada Junta Provincial de Protección de menores lo declaró en situación de desamparo, le dio acogida y se hizo cargo de él. Tenía ya unos nueve o diez años. Por desgracia, con esa edad, ninguna familia se interesó por él con ánimo de acogida temporal ni de adopción, aunque el chico era dócil y amable.

En los años que estuvo en el Centro jamás dio un problema, más bien se puede decir que mediaba en los conflictos que causaban otros muchachos. Esas eventuales intervenciones le daban siempre un inesperado protagonismo, pues generalmente era bastante callado e introvertido, siempre estaba pensando en sus cosas y se limitaba a interactuar con los responsables y cuidadores solo cuando era requerido. Apenas daba tarea a nadie. Pero, verdaderamente, parecía tener cierto poder pacificador.

Hasta los catorce, pasaba las mañanas en clase y casi todas las tardes en la biblioteca municipal, donde ya conocían su gusto por la lectura y le sugerían o recomendaban libros de todos los géneros. Sus preferidos resultaron ser novelas y ensayos acerca de la guerra. Si tú también tienes esa inquietud que te incita a curiosear en las guerras que han asolado a la humanidad, adelante, les decía a quienes le preguntaban por su afición, porque leer también ayuda a que no se vuelvan a repetir.

Así llegó el día, en que, por un examen antropométrico de sus muñecas, se determinó que había alcanzado los 18 años y lo echaron a la calle. Sí, es duro saberlo, pero así sucedió, porque así son las cosas hasta que se cambien.

Menos mal que Absalón tenía las ideas claras. Durante sus últimos cuatro años en el hogar tutelado de menores, antes de tener que dejarlo por cumplir la mayoría de edad, se preocupó de ir realizando diferentes cursos de capacitación: de fontanería, de mecánica del automóvil, de manipulación de alimentos y de pinche de cocina con prácticas en hoteles. Así también aprendió a defenderse en varios idiomas y logró disponer de unos ahorrillos que, al fin, fueron los que empleó en la adquisición de una furgoneta de segunda mano. La adecuó para vivir en ella, la equipó como cocina ambulante de campaña, y, pacíficamente, sin hacer ruido, puso tierra de por medio.

¿Elegir destino? Nunca lo pensaba. Fuera adonde fuese, aquel era su destino. Y nunca lo elegía él, más bien lo contrario, era el destino quien lo elegía a él.

Estuvo en Vietnam hasta el 75. Después fue a Etiopía, Angola, Líbano, Sáhara Occidental y Somalia, de allí fue a Irán y Afganistán, luego pasó a Nicaragua, El Salvador, Las Malvinas, después Croacia y Bosnia. Ahora, con casi 85 años, anda por Ucrania...

Siempre sin tregua, siempre ayudando a víctimas de la guerra. Y es que, desde que perdió a sus padres en Auschwitz, nunca pudo vivir en paz.