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14 octubre 2021

ÍNFULAS (Microrrelato)

 ÍNFULAS 

El número de su abultada cuenta corriente salió entre los premiados de aquella ingeniosa promoción del banco. Un maravilloso viaje para dos personas con todos los gastos pagados a la increíble isla de Pascua. Avión en primera clase hasta Chile y luego travesía de siete días en un yate de lujo para conocer los famosos moáis.

Después de asearse, afeitarse muy apurado y perfilarse bien las cejas y el bigote, se vistió despacio. Eligió una camisa de seda gris perla y una corbata burdeos para su traje K-50 de Enzo D'orsi. Ordenó a su chófer llevarlo a la oficina bancaria y esperarle en la puerta. Y una vez allí, le dijo a la directora de la sucursal que quién se había creído que era ella para incluir sus cuentas en "loterías para ilusos soñadores", que cómo había osado jugar con la dignidad de su distinguido apellido ofreciéndole "caramelitos de miel de abeja" ¿para qué tos?, que se metiera el viajito por donde le cupiera y que preparara su dinero, que se lo llevaba a otra entidad más seria.

En fin, que le echó un rapapolvo (no precisamente en rapanui) que la dejó de piedra.




2 comentarios:

  1. Aunque parezca exagerado, ejemplos como éste se dan todos los días a todos los niveles. “Ínfulas”, la misma palabra lo dice, a pesar de poseer tres sílabas y utilizarse en plural, tan esdrújula ella. En el fondo me da pena.

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    1. Sí, Susana. La soberbia marca las vidas de los prepotentes.
      Gracias por pasarte por aquí.

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