LÉEME EN TU IDIOMA

23 abril 2024

EL DRAGÓN Y LA ROSA (Futuro y pasado)

 Artículo extraído de la Revista Espacial de Ciencias del Universo 

(traducción de Juan Manuel Pérez Torres)


Después de varios meses de arduos análisis y poliédricos ensayos efectuados por un equipo de científicos formados en el Centro Superior de Estudios Arqueológicos y Antropológicos del Planeta Tierra, se ha podido desvelar la naturaleza de un misterioso y extraño objeto fósil encontrado recientemente bajo la almohada de una cama petrificada hallada entre las ruinas de Madrid, la mítica ciudad desaparecida hacia el año 3033. Los eruditos investigadores han explicado que se trata de un espécimen de los primeros robots, muy arcaicos y básicos (aunque los había de muchas clases). Con ellos la especie andromorfa o humanoide que poblaba el globo por entonces, lograba evadirse a ratos del proceso esquilmador que llevaron a cabo durante los siglos XXV al XXVIII. Con dicho robot, mediante un fácil proceso de asimilación de pensamientos transferidos en láminas de origen eucariótico (lo que ellos llamaban leer y pasar páginas), lograban desdoblarse en materia y eteria, y, con ello, trasladarse a cualquier otro lugar del tiempo o del espacio y adquirir sapiencias ajenas. Se siguen realizando pruebas de Inteligencia artificial para determinar el funcionamiento del artefacto, llamado libro, que ha sido considerado un verdadero protogenerador de endorfinas, serotoninas y todas las felicitinas.


17 abril 2024

HAZAÑAS BÉLICAS (Relato corto)


HAZAÑAS BÉLICAS


La acogida en el centro de protección de menores fue casi automática. Llegó, sin padre ni madre ni adulto alguno que respondiera por él, mezclado en un pequeño grupo de personas, que pudieron escapar de las bombas en un viejo autocar que, milagrosamente, se fue abriendo paso por Europa hasta que se detuvo aquí por falta de combustible.

Las autoridades franquistas no fueron capaces de encontrar a sus familiares y, al ser un menor sin papeles, de origen judeoespañol, que solo decía llamarse Absalón, hubo que ingresarlo en un orfanato. Luego, en el año 48, la recién creada Junta Provincial de Protección de menores lo declaró en situación de desamparo, le dio acogida y se hizo cargo de él. Tenía ya unos nueve o diez años. Por desgracia, con esa edad, ninguna familia se interesó por él con ánimo de acogida temporal ni de adopción, aunque el chico era dócil y amable.

En los años que estuvo en el Centro jamás dio un problema, más bien se puede decir que mediaba en los conflictos que causaban otros muchachos. Esas eventuales intervenciones le daban siempre un inesperado protagonismo, pues generalmente era bastante callado e introvertido, siempre estaba pensando en sus cosas y se limitaba a interactuar con los responsables y cuidadores solo cuando era requerido. Apenas daba tarea a nadie. Pero, verdaderamente, parecía tener cierto poder pacificador.

Hasta los catorce, pasaba las mañanas en clase y casi todas las tardes en la biblioteca municipal, donde ya conocían su gusto por la lectura y le sugerían o recomendaban libros de todos los géneros. Sus preferidos resultaron ser novelas y ensayos acerca de la guerra. Si tú también tienes esa inquietud que te incita a curiosear en las guerras que han asolado a la humanidad, adelante, les decía a quienes le preguntaban por su afición, porque leer también ayuda a que no se vuelvan a repetir.

Así llegó el día, en que, por un examen antropométrico de sus muñecas, se determinó que había alcanzado los 18 años y lo echaron a la calle. Sí, es duro saberlo, pero así sucedió, porque así son las cosas hasta que se cambien.

Menos mal que Absalón tenía las ideas claras. Durante sus últimos cuatro años en el hogar tutelado de menores, antes de tener que dejarlo por cumplir la mayoría de edad, se preocupó de ir realizando diferentes cursos de capacitación: de fontanería, de mecánica del automóvil, de manipulación de alimentos y de pinche de cocina con prácticas en hoteles. Así también aprendió a defenderse en varios idiomas y logró disponer de unos ahorrillos que, al fin, fueron los que empleó en la adquisición de una furgoneta de segunda mano. La adecuó para vivir en ella, la equipó como cocina ambulante de campaña, y, pacíficamente, sin hacer ruido, puso tierra de por medio.

¿Elegir destino? Nunca lo pensaba. Fuera adonde fuese, aquel era su destino. Y nunca lo elegía él, más bien lo contrario, era el destino quien lo elegía a él.

Estuvo en Vietnam hasta el 75. Después fue a Etiopía, Angola, Líbano, Sáhara Occidental y Somalia, de allí fue a Irán y Afganistán, luego pasó a Nicaragua, El Salvador, Las Malvinas, después Croacia y Bosnia. Ahora, con casi 85 años, anda por Ucrania...

Siempre sin tregua, siempre ayudando a víctimas de la guerra. Y es que, desde que perdió a sus padres en Auschwitz, nunca pudo vivir en paz.


23 noviembre 2023

CRÉDITOS (Microrrelato)

CRÉDITOS

Todo lo presencié cómodamente sentado en mi coche, detenido en el semáforo rojo. El parabrisas y las ventanillas eran como la pantalla envolvente de un improvisado cinerama. En primera fila lo vi todo.

Los colores comenzaron a cambiar. Los oscuros se agrisaban. Los más luminosos, tímidamente titilaban y se fueron apagando en intensidad hasta agotar sus brillos. Los ruidos de la calle se acallaban, poco a poco, cediendo el espacio a un estruendoso silencio. Los árboles se vaporizaron hacia el cielo desde sus secos alcorques. Algunos viandantes se elevaban ingrávidos hacia las nubes. Los otros eran absorbidos por los albañales. Paulatinamente, la calzada, los edificios, el mobiliario urbano, todo el paisaje, se iba convirtiendo en vaporosas gotitas que ascendían, como volutas de humo, a la par que se creaba una especie de fundido a negro en todo el campo visual.
Fue entonces cuando se revelaron, blancas, mayúsculas, aquellas tres letras, FIN, en el inmenso e incontestable cielo. Luego pude leer: Han intervenido, por orden de aparición, Adán, Eva, Caín, Abel…

Ya me pitan por detrás. El semáforo está en verde.



17 noviembre 2023

DUAL (Microrrelato)

DUAL
Microrrelato mencionado en ENTC (EstaNocheTeCuento)

Farid era un hombre solitario. No le interesaba relacionarse con nadie, ni siquiera con sus vecinos. Su única compañía eran los libros, la música y el cielo. Un día quiso construir un muro a su alrededor para aislarse aún más del mundo. Se puso manos a la obra y durante semanas trabajó sin descanso, levantando ladrillo tras ladrillo. Cuando acabó el muro, se sintió satisfecho y orgulloso. Pensó que así estaría más tranquilo y feliz… Pronto se dio cuenta de que se había equivocado: El muro no protegía su soledad, sino que la agravaba. Así Farid empezó a sentirse triste y vacío. Había perdido toda conexión con el mundo exterior y consigo mismo. Se arrepintió de haberse aislado, pero ya era demasiado tarde. O no.

Entonces decidió cambiarlo todo. Con la única fuerza de su voluntad, empezó a derribar el muro en el que se había encerrado. Era un golpe de martillo cada grito de liberación. Cuando el muro cayó, Farid lo cogió y, como si de un calcetín se tratara, le dio la vuelta y lo volvió a levantar quedándose fuera, dejándolo todo dentro. Usó el muro para encerrar aquel mundo hostil y liberarse a sí mismo.



13 noviembre 2023

LA LLAMADA (Microrrelato)

 LA LLAMADA

En ese preciso instante recordé aquella excursión escolar, cuando me hizo un ramillete de flores silvestres, mi primer ramo. En ese preciso instante también lo vi, con su birrete, lanzándome aquel beso volador. 

En ese preciso instante, aquel otro beso, levantándome el velo. Y, luego, en mi vientre. Y meciendo el columpio del peque. Y cortando las tartas. Y en la pupita, enseñándole a montar en bici, ohhh... 

Justo en ese preciso instante en el que, desde mi móvil, sopló un viento huracanado y tiró al suelo nuestro árbol, ya roto para siempre, donde, aquella mañana de excursión, grabó su nombre junto al mío.



21 octubre 2023

SALIENDO DEL CASCARÓN (Microrrelato)

SALIENDO DEL CASCARÓN

Nunca me gustó seguir la corriente. Desde polluelo, siempre quise hacer las cosas a mi ala, sin importarme lo que piaran los demás. Por eso, cuando terminé la muda, decidí no ir al sur, sino viajar por el mundo con una pluma y una melodía.

Muchos me dijeron que estaba loco, que desperdiciaba mi destino, que me arrepentiría si dejaba la bandada. Pero yo no les hice caso. Quería conocer otros celajes, nuevas formas de volar, otras maneras de mirar el mundo. Quería aprender de la naturaleza, no de los nidos.

Así que volé, sin mirar atrás. Recorrí nuevos aires, conocí a muchas aves, viví incontables aventuras. Aprendí cantos, vientos, rutas. Me enamoré, me decepcioné, me sorprendí, me divertí, me asusté, me emocioné. Crecí, maduré, cambié.

No fue fácil, ni siempre bonito. Hubo días difíciles: soledad, miedo, duda. Pero también momentos maravillosos, de alegría, de amor, de paz y libertad.

No sé cuándo lo lograré. Puede que aún tarde días, o semanas, quizá años. Pero lo haré. Lo sé. Lo siento. Lo quiero. Encontraré mi cielo.




13 septiembre 2023

CLAMOR (Microrrelato)

 CLAMOR


Cuando estamos juntos nos miramos sin decirnos nada.
De sus manos se desprenden a ratos aromas infantiles. Sin duda recuerdo de tantas caricias hidratantes en la suave piel enrojecida, el gesto de comprobar la temperatura del baño, la gota de leche en el dorso, los divertidos momentos de cosquillas mientras aplicaba el bálsamo.
Su rostro, surcado de tiempo y de quebrantos, transparenta tartas de galleta y chocolate, besos que perviven sin horario, cómplices guiños de difíciles adolescencias, inundaciones de lágrimas de amores llovidos. En su pelo luce el brillo de la plata, la cadencia del vuelo de las mariposas, el apresto del poder sobre el enredo, el baile sensual entre las ondas.
De tanto dar se fue quedando vacía y hoy, ya ausente, nos miramos de esa manera que se miran los felices. En sus pupilas brilla un reflejo de quien soy, su amado hijo, razón de toda su vida, que todo me lo dio, en las mías, una curiosa interpretación del tiempo intenta atesorar lo que tanto me ofrece el potencial de su silencio.