LÉEME EN TU IDIOMA

02 junio 2022

CONDENAS (Microrrelato)

CONDENAS

La prensa la calificó de condena ejemplarizante, incluso salió en la tele, decían que era pionera, avanzada, porque aquello era maltrato...
En la celda, de tres por tres, al menos, tenía una cama pegada a una de las paredes, y, al lateral, por el lado de los pies, un minúsculo lavabo, aunque sin espejo, y, algo más allá, la letrina. Frente a la cama, una mesa hecha de obra sostenía, en una esquina, un vaso de plástico con el cepillo de dientes y otros artículos para la higiene. Precaria, sí, pero tenía higiene.
Lloraba arrepentido porque, ahora, era capaz de asumir las acciones pasadas sin eludir las consecuencias de su culpabilidad. Se dio cuenta de que había vivido solo para trabajar, para producir, competir, doblar turnos, comer un bocadillo y seguir, seguir, seguir. Seguir para qué, joder... ahora lo borraría todo. Pero ya era tarde, por eso lloraba, porque ya era tarde y porque lo había hecho una y otra y otra vez. Y lloraba de una forma sincera desde el momento que comprendió y reconoció la crueldad de lo que hacía con Trueno, su mejor amigo... dejarlo encerrado cada día... tantas horas... en aquel balcón... a pienso y agua... a la intemperie...




No hay comentarios:

Publicar un comentario