DISPARES Y NONES
Por eso se fue del colegio. Quería hacer la primera
comunión vestido con diadema y un vistoso vestido blanco de tul. Aquella
intención anunciada antes de tiempo por Martinito causó mucho revuelo entre
profesores y alumnos primero, y entre padres y madres después. Al final, se
cambió de colegio.
Pero éramos vecinos, vivía en mi bloque, dos plantas
más arriba. Crecimos juntos. Yo lo veía cada día ir y venir con su madre a la
academia de baile por las tardes. A veces, los días sin cole, o en vacaciones,
nos juntábamos un grupito de chicos y chicas para charlar de nuestras cosas y
compartir vivencias. Estar juntos, en fin, viviendo su historia junto a la mía.
Hasta que se fue a vivir a otro barrio, al otro lado de la ciudad.
Creo que ya lo envidiaba. Durante estos años lo he
recordado en muchas ocasiones, si he necesitado apoyo moral, o alguna inyección
de optimismo. Martinito era mi alter ego. Ayer, después de tanto, nos
encontramos.
Ahora veo que su determinación, su ánimo, su
perseverancia y su sinceridad con su cuerpo, lo han convertido en Martina. Y no
sabes cómo la envidio.
Es muy bueno tu relato, Juan Manuel. Me ha gustado mucho!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias Nani.
EliminarTú eres más prolífica, no se cómo lo haces tan bien. Besicos.
Que buen relato Juan!!!
ResponderEliminarAl menos se animo a ser lo que deseaba y eso no mucho lo hacen..mantener esa honestidad tanto con su interior como con lo que mostramos al mundo. Excelente!Un abrazo!!!
Gracias Eli.
EliminarSon dos decisiones que marcan dos vidas. Una es más sincera, más valiente, más verdadera. La otra es menos conforme con una vida plena.
Abrazote grande.
fascinante tu arte te felicito
ResponderEliminarsaludos desde Miami
Muchas gracias desde la Costa del Sol.
Eliminar